LOS HAZME REIR

Ushuaia- De un tiempo a esta parte las reuniones del Observatorio de Malvinas han resultado casi payasescas, plagadas de faltas de respeto, declaraciones rimbombantes sin contenido, invitados y disertantes que nada tienen que ver con la causa, donde sus miembros han transformado las sesiones en una disputa electoral constante.

En todas las convocatorias realizadas las descalificaciones y chicanas entre los miembros han generado que se pierda de vista el objeto principal de generar conciencia y acciones referidas a la soberanía nacional sobre las Islas Malvinas.

Sin vergüenza la clase política se adueñó de la causa Malvinas, tomando su bandera como si se tratara de un trofeo de guerra, con el único fín para llevar cada uno agua para su molino utilizando como peones a los veteranos de guerra con fines meramente políticos, empañando con sus acciones los años de trabajo serio, sacrificio personal, y lucha silenciosa realizada por aquellos veteranos respetuosos de la causa que defienden y que durante muchos años fueron invisibilizados.

Las vergonzosas e inescrupulosas acciones de los políticos no son patrimonio exclusivo de la provincia de Tierra del Fuego, por su parte el Presidente Mauricio Macri mantiene una política de estado manifiestamente pro-británica respecto a la causa Malvinas, y su más fiel alumna Rosana Bertone mediante sus acciones ha mantenido una postura similar, solo utilizando a Malvinas para permitirse nutridas comitivas con viaticos pagos en viajes al exterior, la creación de nuevos cargos y secretarías y potenciar operaciones de prensa locales, utilizando en también las redes sociales.

Mientras tanto queda claro, que la clase política solo quiere sacar provecho de Malvinas y ensucia con corrupción una causa que es de todos los Argentinos. 

Aquellos que no necesitan de un observatorio que los contenga, a diario mediante acciones serias y concretas luchan por concientizar a la ciudadanía con campañas de Malvinización son los más perjudicados por este tipo de acciones que no hacen más que restar seriedad a un reclamo que merece el respeto de todos y que debe ser dignamente tratado.